El cultivo de hortalizas

Las hortalizas son una serie de plantas, frutos, brotes, bulbos, hojas y raíces de carácter herbáceo, las cuales se cultivan generalmente en huertos y están destinadas a la alimentación de los humanos. El cultivo de las hortalizas es fundamental para suministrar alimentos que son esenciales para las personas, ya que contienen una serie de vitaminas y minerales que son indispensables para la vida.

Todas las hortalizas tienen una gran cantidad de agua por lo que cumplen además una importante función en ese aspecto, además de son alimentos denominados como “reguladores” y los cuales tienen la ventaja de poseer bajos valores en cuanto a las calorías.

Otras características que poseen:El cultivo de hortalizas

- ricos en proteínas
- almidón
- azúcar
- celulosa
- bajos en grasas
- minerales
- vitamina A
- vitamina C

Los cultivos de hortalizas más importantes son la zanahoria, nabo, apio, remolacha, rábano, acelga, berro, escarola, espinaca, cebollino, cebolla, ajo, chalota, espárrago, alcachofa, coliflor, brócoli, repollo, berenjena, pepino, tomate, pimiento, calabaza, calabacín, apio y patata. Los períodos del año de crecimiento y el tiempo de cosecha es diferente para cada una de ellas, ya que algunas crecen más rápidamente que otras y requieren cuidados distintos.

Si bien el mejor modo para el cultivo de hortalizas es un huerto especialmente preparado con tierra fertilizada y un control adecuado de las plagas, también se puede desarroolar de modo doméstico en macetas y jardines.

El abono de la tierra y el cultivo de hortalizas

Los mejores resultados se obtienen en lugares abiertos, soleados, ventilados y donde no se produzcan grandesEl cultivo de hortalizas períodos de vientos fuertes que puedan perjudicar la cosecha. Se recomiendan lugares que dentro de lo posible se encuentren levemente inclinados hacia el lado del sol, ya que los sitios completamente llanos demoran más tiempo en lograr las temperaturas ideales.

El abono de la tierra es fundamental para lograr buenos alimentos de el cultivo de hortalizas, ya que resultarán más sabrosos e incluso de colores más vivos y naturales. El abonado se debe realizar al menos una vez por año, lo que se puede hacer mediante una mezcla de materia orgánica o estiércol con la tierra ya existente o con la incorporación de nuevas partidas.

Antes de colocar las semillas se recomienda efectuar un rastrilleo con el fin de lograr que la tierra se “afine”; una vez realizado esto se ubican las semillas en surcos estrechos y teniendo en cuenta que sean poco profundos.

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